Estas toxinas son más pequeñas que las que habitualmente se encuentran en otros animales como la víbora o las arañas , generalmente están compuestas por 10 a 35 aminoácidos.También han sido utilizadas en la síntesis de fármacos analgésicos muy potentes, como el ziconotide, que se utiliza por vía intratecal para el tratamiento del dolor neuropático persistente y rebelde a todo tipo de tratamiento.Las conotoxinas se han clasificado en 16 superfamilias en relación con su estructura:[4] También se han clasificado de acuerdo al lugar de acción: Estas neurotoxinas están constituidas por entre 50 a 200 pequeñas proteínas con péptidos diferentes, muchos de los cuales están formados por entre 7 y 40 aminoácidos, aunque la mayoría contiene sólo entre 12 y 30.Las conotóxinas mantienen una alta selectividad por los canales voltaje-dependientes y los canales iónicos, especialmente los de sodio, así como en las subunidades de los últimos, provocando que no se excite la célula, y no se libere el neurotransmisor .Las α-conotoxinas actúan como antagonistas competitivos en la interfase de dos subunidades α o en la interfase de una subunidad α y otra cualquiera, es decir, son antagonistas postinápticos Dos destacadas α-conotoxinas son la α-ImI y la α-ImII, las cuales se extraen del Conus imperialis, ambas constituidas por 12 Aminoácidos.La notable diversidad de estructura farmacológico, función y utilidad ha sido revisado recientemente.Por ello estas toxinas han sido utilizadas en la elaboración de analgésicos, especialmente los utilizados en caso de dolor crónico, como es el caso del ziconotide, administrado por vía intratecal en caso de dolor crónico y dolores refractarios a tratamientos convencionales como los opiáceos.No parece haber una relación entre el tamaño del espécimen y su peligrosidad.