Allí se reunió el Congreso extraordinario de la República de Bolivia, a pedido del presidente Santa Cruz.
Fue presidido por el vicepresidente Mariano Enrique Calvo Cuellar y deliberó durante diez días del mes de junio del año 1836.
El Congreso accedió a su pedido y le autorizó para nombrar a los integrantes de un Congreso de plenipotenciarios peruanos y bolivianos, cuya sede sería elegida por el mismo Santa Cruz, en donde se fijarían las bases administrativas de la Confederación, las cuales serían sometidas a su aprobación al Congreso ordinario boliviano.
[2] El Congreso de Tapacarí otorgó también ostentosas distinciones y cuantiosos premios a Santa Cruz y a los miembros de su gobierno, en medio del entusiasmo que sobrevino tras el triunfo de la guerra en Perú.
Asimismo, dispuso la entrega de considerables premios al ejército boliviano, pagaderos cuando el Perú reembolsase a la hacienda boliviana los gastos invertidos en su pacificación.