Congreso de Tacna

Santa Cruz decidió acompañar a los plenipotenciarios del Estado Nor-Peruano, por lo que abandonó Lima y se embarcó en la fragata Flora, el 9 de febrero, pero en vez de desembarcar en Islay, pasó a Arica, a donde llegó el 27 de febrero.

Luego, en los primeros días de abril, bajó nuevamente a Tacna.

El pacto trajo mayor recelo pues daba a entender que los bolivianos quedaban en situación de inferioridad, por contar solo con un voto en la Confederación, teniendo dos el Perú (lo que se notaba nítidamente en la distribución de los miembros del Congreso General).

Por ende, la mayor parte de la nación boliviana fue contraria a lo firmado en Tacna.

De todos modos, Santa Cruz se enfureció y hasta pensó seriamente en trasladar la capital de Bolivia a Cochabamba, pero como tenía las facultades extraordinarias que le otorgara el mismo Congreso, se tranquilizó.

Pero la guerra desatada por Chile y los emigrados peruanos contra la Confederación impidieron la reunión de esa nueva asamblea.

El Mariscal Andrés de Santa Cruz.
Bandera de la Confederación Perú-Boliviana.