Ratificó también como presidente provisorio de la República al mariscal Agustín Gamarra, que estaba en el poder desde 1838.
En julio de 1840 se volvió a reunir en Lima, por última vez, como Congreso Ordinario.
En el aspecto legislativo y constitucional optó por la recurrida fórmula de convocar a un Congreso cuya misión fundamental sería promulgar una nueva Constitución.
Otros congresistas destacados fueron Agustín Guillermo Charún y Pío Vicente Rosell, además del ya mencionado Manuel Bartolomé Ferreyros.
Creían los legisladores de Huancayo que los principios conservadores se adecuaban a la realidad del país, y culpaban de los desórdenes vividos hasta entonces a la influencia del liberalismo en la política nacional.
Los congresistas finalizaban así su labor constituyente: apenas tres meses les tomó para dar una nueva Constitución al país, lo que contrastaba con las dilatadas asambleas legislativas que dieron origen a las constituciones liberales de 1823, 1828 y 1834.
Aumentó el mandato presidencial a 6 años, impuso un exagerado centralismo administrativo y suprimió las municipalidades.
Impuso como requisito para ser Presidente, ministro y senador tener más de 40 años, y para diputado 30 años, aumentándose así las edades estipuladas en las anteriores Constituciones, lo que fue considerado como una medida hostil a la juventud.