Se transmite al tener relaciones sexuales por vía oral, genital o anal con una persona infectada.
Si las verrugas se presentan dentro de la vagina, pueden disminuir su elasticidad y causar obstrucción durante el parto.
En raras ocasiones, un bebé cuya madre presenta la infección desarrollará verrugas en la garganta (papilomatosis laríngea).
Aunque poco común, es una condición potencialmente mortal para el niño que requiere frecuentemente cirugía por láser para evitar obstrucciones en los conductos respiratorios.
En algunos casos, el doctor toma una muestra de tejido del cuello uterino (biopsia) y la examina al microscopio.
En este examen, un empleado de laboratorio examina células tomadas del cérvix bajo el microscopio para ver si son cancerosas.
De ocurrir esto, deberán llevarse a cabo exámenes posteriores para detectar y tratar cualquier problema cervical.
Ocasionalmente, deberá realizarse una cirugía para eliminar verrugas demasiado grandes que no responden a los otros tratamientos.
Las teorías tradicionales postulaban que el virus permanecía en el cuerpo durante toda la vida.
Un estudio que examinó la piel genital para detectar el VPH subclínico usando PCR encontró una prevalencia del 10%.