Concilio de Bari

Focio, con el apoyo del emperador Miguel III había sido nombrado patriarca de Constantinopla, tras la deposición por el emperador del patriarca Ignacio.

Las fuentes relativas al Concilio de Bari son exclusivamente latinas y bastante escasas.

[3]​ Hay cuatro documentos narrativos: un pasaje del monje benedictino Eadmero de Canterbury insertado en la Vita Anselmi (retomado posteriormente, en forma más amplia, por el mismo autor en la Historia Novorum), una página del historiador benedictino William de Malmesbury, con una breve mención contenida en el Chronicon de Lupo Protospata y finalmente un pasaje bastante amplio en el Chronicon de los Anónimos Barese.

Anselmo hizo su exposición el día siguiente, siendo alabado por su fe, ciencia y elocuencia por la asamblea; algunos de los asistentes le pidieron que pusiese esa exposición por escrito.

[5]​ En esta obra Sans Anselmo desarrolla ampliamente la cuestión, estructurando el tema del modo siguiente: los puntos de doctrina admitidos por los griegos (cap.