Según José Antonio de Salas, este faro se habría colocado en tiempos de Augusto para dominar mejor a los cántabros, aunque Hergueta opinaba que sería anterior, habiendo sido hecho punto de escala del Ebro por los griegos mediante alguna esclusa.
[1] Junto a las conchas se encontraron los poblados de Bilibio y Buradón.
En este último se levantó la única iglesia paleocristiana conocida en el País Vasco.
Por eso varias vías de comunicación transcurren por la zona: En este zona, afloran de forma dispersa, aguas del acuífero calizo que albergan estas sierras, aportando al Ebro unos 350 litros por segundo.
A partir de aquí el Ebro deja su curso alto y penetra en el valle entre meandros.