Cuando cuenta con diecisiete años, la familia se traslada a España, primero en Zaragoza, luego en Barcelona y, finalmente, se instala en Madrid,[1] donde ella inicia sus estudios de Filosofía y Letras, abandonándolos para estudiar un curso de biblioteconomía en Valencia.
En los treinta años que van de 1947 a 1977 imparte clases de Literatura Española en universidades norteamericanas como lo hicieron también Pedro Salinas o Jorge Guillén y regresa definitivamente a España.
El poemario Los ríos caudales es el homenaje personal que Concha rinde a los poetas de la Generación del 27.
Así, evocando a Gerardo Diego: Su libro El don de la simiente está dedicado a poetisas de todos los tiempos (desde Rosalía de Castro hasta Carmen Conde, pasando por Gabriela Mistral); el poemario Marginalia cita autores clásicos y modernos, sin olvidar a los poetas españoles actuales.
La poesía, escribe, es la sangre común, hereditaria, el legado que nos hermana, transfigura sufrimientos y gozos en palabras.