El comté es un queso francés con denominación de origen desde 1952, y que disfruta del reconocimiento como DOP a nivel europeo desde el Reglamento (CE) n.º 1107/96.
[1] Es mencionado este queso por varios autores, desde Plinio el Viejo en la antigüedad a Víctor Hugo en el siglo XIX.
Originalmente se hacía en comunidades aisladas lejos de los mercados, por lo que sólo podían vender el queso unos pocos días al año.
Eran lecherías alpinas llamadas fruitières, de las que aún quedan en la meseta del Jura.
[2][3] Debe llevar en la etiqueta el logotipo con las iniciales INAO, las palabras «Appellation d’Origine Contrôlée» y el nombre del queso.
La leche del comté se produce en pequeñas explotaciones que practican una agricultura extensiva respetuosa con los suelos.
La palabra 'fruitière' viene del latín fructus, siendo así que los campesinos ponían en común el fruto de su trabajo.
La producción en el año 1998 alcanzó las 40.162 toneladas (+ 4,45 % respecto a 1996), todas ellas elaboradas con leche cruda y en 'fruitières'.
La corteza se trata con Bacillus lineus, de manera que va del amarillo al pardo.
La pasta es firme, ligera y flexible: su color va del amarillo crema al oscuro.