La reunión era en realidad una trampa y ambos fueron arrestados por el comisario general de Policía, Ramon Casanova.Mientras eran sentenciados, otros tres sublevados, el carpintero Ramon Mas, el espartero Julián Portet y el mancebo cerrajero Pedro Lastortras, tocaron a rebato en la campanada de la catedral, en un intento de impedir las ejecuciones.Acorralados en el templo por las tropas napoleónicas, resistieron tres días sin comer ni beber, escondidos en los fuelles del órgano.Ese mismo año se proyectó un conjunto monumental en su memoria, que su ubicaría en una plaza de nueva creación —plaza Garriga i Bachs— frente a la puerta del claustro de la Catedral.En 1941, durante la dictadura franquista, el conjunto monumental fue reinaugurado con la incorporación de un grupo escultórico de Josep Llimona que representa en bronce a Aulet, Massana, Gallifa, Pou y Navarro.
Grabado de
Vicente Peleguer
por dibujo de
Buenaventura Planella
que recrea la rendición de Mas, Portet y Lastortras. Desfallecidos, tras tres días escondidos en el órgano de la Catedral, la policía los reanima con vino.