Comedia de privanza

Estas obras nos presentan protagonistas que, partiendo bien de un origen hidalgo humilde (La fortuna merecida), bien de una posición elevada más o menos cercana al poder, lo que es más frecuente, inician un proceso de ascenso en el "piélago de la corte" a partir de un comportamiento ejemplar, que puede ser sancionado positivamente por el monarca (Los Guzmanes de Toral, La fortuna merecida, Los Vargas de Castilla, Las cuentas del Gran capitán, Los Tellos de Meneses, II), o verse injustamente truncado, al no ser ratificado por el monarca (La inocente sangre), quien presta oídos a las falsas acusaciones de los envidiosos.El género posee también una vertiente cómica, presente por ejemplo en las referencias paródicas que hacen al género piezas como El vergonzoso en palacio de Tirso de Molina o El perro del hortelano de Lope de Vega.[1]​ Lope de Vega tocó el género con comedias más o menos genealócias como La inocente sangre, La fortuna merecida, Las cuentas del Gran Capitán, Los Tellos de Meneses II y Los Vargas de Castilla, y como tal fue practicado por Damián Salucio del Poyo en su La próspera y adversa fortuna de Ruy López de Ávalos (1605) y otros autores cultivaron frecuentemente el género, como Antonio Mira de Amescua y sus Próspera y adversa fortuna de don Álvaro de Luna, No hay dicha ni desdicha hasta la muerte y El ejemplo mayor de la desdicha, o Juan Ruiz de Alarcón en Los pechos privilegiados, Ganar amigos y El acomodado don Domingo de don Blas, segunda parte.En cuanto a Luis Vélez de Guevara, también cultivó este género con El Conde don Pero Vélez y don Sancho el Deseado.El género se extendió además a la Escuela de Calderón con autores como Agustín Moreto y su El mejor amigo, el rey o Francisco Bances Candamo, quien teoriza sobre la misma en su Theatro de theatros y compuso una, El esclavo en grillos de oro, que le supuso el destierro.