[1] La Congregación de Hermanas Franciscanas Misioneras del Divino Pastor fue fundada en Ripoll por la madre María Ana Mogas Fontcuberta en 1850.La orden tuvo una rápida expansión, consolidándose bajo la advocación de la Virgen María, Madre del Divino Pastor.La nueva propietaria utilizó la quinta primero como vivienda y más tarde, en 1877, la convirtió en colegio de Religiosas Reparadoras del Sagrado Corazón, activo durante dos años.Se trataba de una construcción sencilla, que contaba originalmente con dos alturas (bajo y planta primera) a la que en 1925 se le añadió una segunda planta y cubierta abuhardillada, intervención ejecutada según proyecto de Manuel Mendoza.El proyecto del nuevo templo se encomendó a José Urioste Velada (1850-1909), quien realizó en 1903 un diseño en estilo neogótico, movimiento historicista que gozó de gran éxito en la arquitectura madrileña de la época al entroncar a la perfección con las raíces del cristianismo impulsado desde la restauración monárquica.[1] La ejecución del proyecto comenzó en 1905, pero se prolongó en el tiempo ante la escasez de recursos con los que contaba la congregación.No obstante la iglesia ha perdido la mayor parte de sus características originales: solería, acabado murario interior, altares e imaginería desaparecieron durante la Guerra Civil tras la ocupación del inmueble como prisión.Está conformado por diferentes volúmenes anexionados, entre los que cabe destacar por sus valores culturales la iglesia, la casa madre y el colegio.El coro discurre elevado a los pies del templo, en los dos primeros tramos de la nave central y alberga un órgano fechado en 1954.La composición está dividida verticalmente por pilastras que generan seis cuerpos de igual anchura, a excepción del correspondiente a la puerta de entrada (situada en el tercer tramo hacia el norte), que es más ancho y va rematado por una espadaña con tres campanas cobijadas por arcos apuntados, de las que solo se conserva una.Sobre los arcos discurre un friso de ladrillo con motivos geométricos en relieve, estructura que concluye en cuatro remates piramidales.Corona la composición un pretil que continúa con el diseño vertical de las pilastras pétreas.Una imposta de ladrillo marca las diferentes alturas en fachada, que son interrumpidas por las pilastras.Tanto en altar mayor como en crucero y nave central se disponen diversas imágenes, que no forman parte del programa escultórico original.[1] El actual colegio es una edificación realizada según proyecto del arquitecto Alfredo Echegaray y Romea en mayo de 1917, que cierra la parcela en el ángulo formado por las calles Santa Engracia y María de Guzmán.El frente que abre a la calle Santa Engracia presenta una planta baja con pilastras con remates piramidales entre amplias ventanas adinteladas.En las dos primeras alturas se abren amplios huecos de ventanas con arcos rebajados distribuidos regularmente, separados entre sí por pilastras adelantadas.