[1] El edificio es una amalgama de diversos estilos arquitectónicos, si bien en su fábrica exterior predominan el Barroco y el Neoclásico.
Las indicaciones técnicas y artísticas que también aporta parecen encajar en los restos arqueológicos encontrados recientemente.
Lo descubierto en estas últimas obras mencionadas no permite certificar todos estos datos que nos menciona el párroco Juan Sanz García, pero sí ha permitido observar algunos como el ábside circular.
El espacio interior se distribuye en tres naves elevadas a la misma altura, apoyadas sobre pilares y cubiertas con bóvedas animadas por decoración barroca.
La mazonería, sin dorar ni policromar (al igual que sucede con el retablo de las Clarisas), ofrece una calidad plástica miguelangelesca.
Posee cúpula octogonal y cobija imaginería hispanoamericana del siglo XVII.