Obtuvieron satisfacción: se les concedieron 44 diputados y una representación para el bajo clero.Por ese motivo Isaac Le Chapelier renunció a su título de nobleza recién adquirido.Algunos de los diputados bretones como Le Chapelier, Glezen, Lanjuinais y Blin, acostumbrados a combatir los privilegios de la nobleza y del clero en su provincia, obraron en la misma dirección una vez en Versalles.El 29, alquilaron conjuntamente un salón con sala y jardín donde se juntaban diariamente.La primera cuestión debatida en el «salón bretón» fue defender el voto por cabeza en la Asamblea, en lugar del habitual voto por estamento que condenaba cualquier iniciativa del Tercer Estado frente a la tradicional oposición de la nobleza y del clero, un tema clave que preocupaba a buena parte de los diputados.Encontró unos locales suficientemente amplios en el monasterio de los Jacobinos, calle Saint-Honoré.Pronto el trabajo de los diputados en las diversas comisiones que la Asamblea Constituyente había establecido no les dejaba tiempo para seguir las reuniones del Club, por lo que se decidió aceptar a no diputados.