Esto le vale la hostilidad de la derecha monárquica.
Honoré Gabriel Riqueti, conde de Mirabeau le encontró en el camino y le gritó : "¡Te pasé de largo, s.....!".
La vida política del duque de Aiguillon acaba con la Asamblea constituyente.
Regresado al ejército, mariscal de campo en el ejército del Rhin, reprime la insurrección parisina del 10 de agosto de 1792, por lo que es acusado y obligado a emigrar.
Se instala en Hamburgo, donde reside hasta su muerte.