Es notable la sequía estival que se extiende por los meses de junio a septiembre en la mayor parte del territorio.
Los factores más significativos en este aspecto son: inviernos rigurosos, veranos cálidos, sequía estival, irregularidad en las precipitaciones, fuertes oscilaciones térmicas y notable aridez.
Las temperaturas en Castilla-La Mancha son muy extremas debido al efecto de la continentalidad, la amplitud térmica anual (diferencia entre la temperatura media del mes más frío y la del mes más caluroso) es muy elevada, normalmente entre 18º y 20º.
Como en esta región las precipitaciones son escasas, las temperaturas de verano altas, y coincide la estación seca con las máximas temperaturas; los índices de aridez son muy altos, sobre todo en La Mancha y el Sudeste.
Las precipitaciones no son muy abundantes siguiendo un patrón muy parecido al del clima mediterráneo típico.