Claudio Martínez de Pinillos

Pinillos consiguió eludir su responsabilidad penal (por lo visto Hormazas había firmado el documento sin leerlo).

Volvió a la Gran Antilla en octubre de 1814; en 1818 consiguió además del rey un decreto que reestablecía el libre comercio.

Pronto anónimos enemigos empezaron a publicar contra él, narrando los medios con que había restaurado la fortuna de su padre:

Una acusada prosperidad empezó a extenderse por toda la isla, y asimismo ascendieron las rentas públicas desde 5 000 000 en 1824 a 11 500 000 en 1840, doblándose en solo quince años, algo apercibido gratamente por el erario en la península ibérica, donde su nombre era muy prestigioso.

Al año siguiente fue nombrado prócer en las Cortes del Estatuto Real, aunque no llegó a tomar posesión.

Más tarde, sus enemigos lograron que en marzo de 1839 el ministro de Hacienda Francisco Pita Pizarro nombrara una Comisión Regia para fiscalizar sus cuentas y, sintiéndose desautorizado, dimitió; pero ya en agosto era devuelto a su puesto.

Firma de Claudio Martínez de Pinillos Ceballos, II conde de Villanueva