Suecia (como el organizador) y Alemania Federal (como el campeón del anterior mundial) se clasificaron automáticamente.
Indonesia se retiró, por lo que Israel pasó a la fase final.
Sudán se retiró, por lo que Israel clasifica automáticamente; no obstante, la FIFA revirtió esa acción.
La FIFA, al ver el desastre en que se había convertido las eliminatorias en la zona por las rivalidades políticas entre el Estado judío de Israel y los Estados musulmanes de Indonesia, Egipto y Sudán (y Turquía en menor medida), decide abortar la calificación automática del seleccionado israelí, argumentando que ningún seleccionado podrá participar en la Fase Final si no ha jugado, al menos, un partido en la Fase Previa (con las únicas excepciones de Suecia y Alemania Federal, país anfitrión y campeón defensor respectivamente) Así las cosas, la FIFA decide usar el sistema del Lucky loser para encontrarle un rival al combinado israelí por lo que le propone primero a Italia y, luego, a Uruguay, ambos eliminados durante la Fase Eliminatoria, que jueguen la Repesca contra el conjunto euro-asiático.
Finalmente, el Órgano Rector del Fútbol Mundial le hace la propuesta al Seleccionado de Gales quien, gustosamente, acepta la nueva posibilidad de llegar, por primera vez, a la Fase Final del Torneo.