Estas naves estaban propulsadas por dos motores diésel Pegaso de 115 CV cada uno y dos motores eléctricos Cenemesa de 110 CV.
Los elementos de batería eran iguales a los del "Foca", la hélice del tipo Caplan giraba dentro de una tobera Kort, al igual que sus antecesores, lo que les proporcionaba una magnífica maniobrabilidad.
Su cota de inmersión llegaba hasta los 90 m. Su armamento lo componían dos torpedos del tipo G7a o G7e, recargables desde el exterior, los cuales eran disparados a través de unas compuertas que se abrían desde el interior sin ningún portalón.
La serie Tiburón, de la que finalmente se construyeron dos unidades, el SA-51 y el SA-52, que nunca llegaron a alistarse en la Armada aunque tenía considerables mejoras sobre los "Foca", tanto en la hidrodinámica, como en dotación de sistemas: hidrófonos, un primitivo snorkel fijo en la vela que le permitía navegar semisumergido y un lastre sólido montado en la quilla, el cual tras ser liberado permitía al submarino salir a superficie incluso con los tanques de lastre inundados.
Durante la Semana Naval de Barcelona de 1966 se pudieron ver en el puerto las unidades SA-42 (Clase Foca), que llegó a bordo de un transporte, y el SA-51 (Clase Tiburón), que realizó la travesía desde Cartagena por sus propios medios.