El cinismo es una actitud caracterizada por una desconfianza generalizada hacia los motivos de los demás.
En el siglo XIX, el énfasis en los ideales ascéticos y la crítica de la civilización actual basada en su distancia con una civilización ideal o los aspectos negativistas de la filosofía cínica llevaron a que el término «cinismo» se entienda en la actualidad como «incredulidad en la sinceridad o la bondad de los motivos y acciones humanas».
El cinismo moderno es una desconfianza hacia los valores morales y sociales que se pregonan, especialmente cuando hay grandes expectativas incumplidas respecto a la sociedad, las instituciones o las autoridades.
[10] «Melancolía» es un término del pasado, que ya no se utiliza médicamente, para describir un estado depresivo.
[15] En un artículo de 1996, JN Cappella y KH Jamieson afirmaron que «el escepticismo saludable puede haber dado paso a un cinismo corrosivo».
El experimento también demostró «una relación negativa entre eficacia y cinismo, lo que sugiere que los ciudadanos eficaces tenían menos probabilidades de ser cínicos acerca de la política».
[18] En las organizaciones, el cinismo se manifiesta como una actitud general o específica, caracterizada por la frustración, la desesperanza, la desilusión y la desconfianza respecto de las organizaciones económicas o gubernamentales, los directivos u otros aspectos del trabajo.
[19] Hay una estrecha relación entre cinismo y humorː numerosas frases con intención humorística pueden considerarse cínicas.
[20] El humor proporciona al cínico una válvula de escape para soportar una realidad que no acepta.