Cine de Irán

La industria cinematográfica en Irán se inició desde la década de 1900, cuando el sah de Irán, Mozaffareddín Shah Qayar, en un viaje por Europa, conoció el cinematógrafo en la Exposición Universal de París y encargó a su fotógrafo, Mirza Ebrahim Jan Akkás Bashí, que adquiriese la maquinaria necesaria para llevar el cine hasta Irán.La producción cinematográfica específica de Irán se desarrolla a lo largo del siglo XX.El soberano ordenó a su fotógrafo, Mirza Ebrahim Khan Akkas Bashi, que comprara una cámara Gaumont.Mehdi Rusi Khān dejó su material a una persona que organizaba presentaciones itinerantes en provincias, antes de exiliarse.En 1928, se abren salas reservadas para mujeres, pero no son rentables comercialmente y cierran rápidamente.Él filmó las escenas a la Majles-e Mo'assessān (« Asamblea constitucional ») en 1925 y la coronación de Reza Shah en 1926.En esta época, las películas mudas iban acompañadas por "comentarios hablados" pronunciados en voz alta en la sala por un hombre o una mujer.Avanes Ohaniān llega a Irán en 1930 después de su aprendizaje en la industria del cine en Rusia.En 1931, dirige a sus estudiantes en lo que será el primer largometraje de ficción del cine iraní: Ābi o rābi, una comedia, remake de una serie danesa con los actores Harald Madsen y Carl Schenstrøm.Supuestamente trabajó para la organización soviética filmográfica llamada Mezhrabpom y filmó su primera película en 1930, Enteqam-e Baradar, que deja inacabada.Seguidamente, ingresa a la escuela de cine fundada por Ohanian y produce Bu’l Havas en 1934.[5]​ Después del éxito de la película Dokhtar-e Farāri (versión doblada en persa de "Premier Rendez-Vous") en 1945,[6]​ Esmail Koushan dirigió la primera película iraní hablada producida en Irán, Tufān-e Zendegi, filmada en 1947 por ‘Ali Daryābigi, un director formado en Alemania.Produjo otras películas, como Velgard (« El vagabundo », 1952), dirigida por Mehdi Ra'is Firouz; varias películas históricas, como Āqā Mohammad Khān, dirigida por Nosrat-Allat Mohtasham, Qiām-e Pishevari en 1954 (una sátira de la crisis irano-soviética de 1945-1946), Amir Arsalān-e nāmdār (« El ilustre Amir Arasalan », 1955).La poetisa Forough Farrokhzad dirigió Khāneh siyāh ast (« La casa es negra », 1962), un documental sobre los leprosos.Durante este periodo, se llevan a cabo igualmente varios festivales de cine.Durante este año, dos directores estrenan casi simultáneamente su segunda película después de un primer ensayo no concluyente.Esta película tiene una aproximación de la dirección que permite identificar un tema y un estilo específicamente iraníes.Según Mamad Haghighat, el cine motefavet « impone un estilo realista y reflexivo, menos superficial [...] La imaginación de los cineastas parece finalmente liberada de los yugos narrativos y estéticos que prevalecían anteriormente.»[11]​ El estreno de estas dos películas marcó el fin del dominio del cine exclusivamente comercial y brinda el impulso necesario para atraer a directores jóvenes y prometedores, así como a personalidades literarias de la época.La influencia del neo-realismo y de la Nueva Ola se percibe particularmente en el cine motefavet.Los directores más reconocidos de esta época son Dariush Mehrjui, Sohrab Shahid Saless, Bahram Beyzai, Parviz Kimiavi, Abbas Kiarostami, Ebrahim Golestan, Farrokh Ghaffari, Bahman Farmanara e incluso Nasser Taghvai.En el curso de los años 1970, se realizaron entre 800 y 1000 películas animadas por este movimiento.Según Haghighat, esta producción incluiría obras maestras que no han sido conocidas en Irán o en Occidente.Los religiosos en Irán asociaban tradicionalmente el cine con una influencia occidental que consideraban como "corruptora" y "contraria a las buenas costumbres".[14]​ No obstante, en la época de la revolución, ciertos religiosos aceptaron el cine a condición de que no fuera mal utilizado, como lo dijo el ayatolá Ruhollah Jomeini en un discurso pronunciado a su retorno del exilio en 1979.Las mujeres y el amor fueron prácticamente prohibidos durante la primera década que siguió a la revolución.[19]​ Para Mamad Haghighat, los periodistas extranjeros comenzaron a escribir sobre el cine iraní tras la presentación de la película Jādeha-ye sard (« Rutas frías », dirigida por Massoud Jafari Jozani) en el festival de Berlín en 1987.[21]​ Mamad Haghighat sostiene que este éxito internacional permitió mejorar la imagen y la técnica en las películas iraníes.Este género estuvo representado por Mayid Mohseni, con películas como Bolbol-e mazra'a (« El ruiseñor de la granja », 1957), Āhang-e dehkadé (« La canción del pueblo », 1961) et Parastuhā be lāna bar migardand (« Las golondrinas vuelven a su nido », 1963).Las películas más representativas de este tipo serían Velgard (« El vagabundo », 1952), Mādar (« La madre », 1952) o Gheflat (« Descuidado », 1953).Finalmente, el cabecilla salva y purifica a la mujer por una acción de arrepentimiento.
Gholam Ali Sahrabi y Mohamad Zerabi en Abi o Rabi , de Ovanes Ohanian, 1930.
Sadiqeh Saminejad y Abdol Hossein Sepanta en Dokhtar Lor , la primera película sonora iraní, realizada por Ardeshir Irani, 1933.
Afiche de la película Shirin o Farhad , filmada por Abdol Hossein Sepanta, 1935.
Mohammad Ali Ja'fari y Foruzan en Sahel-e Entezam , Esmail Koushan, 1963.
Nikval Parashu y Nasser Malekmati'i en Abram dar Paris , producida por Esmail Kushan en 1964.
Páginas consagradas a Foruzan en una revista iraní de los años 1970.