Al igual que su padre, en varias ocasiones se endeudó para efectuar viajes por Europa.Sus relaciones con su padre eran tensas y no se le consultaba en los asuntos importantes del reino, por lo que, cuando ascendió al trono a los 43 años en mayo de 1896 —tras el asesinato de su padre por Mirza Reza Kermani—, no estaba preparado para el ejercicio del cargo.Su sucesor Mohsén Jan Moshiroddoulé tampoco pudo ejercer más que tres meses y el shah repuso a Amín os-Soltán.Sin embargo, la deuda acumulada con Inglaterra y Rusia, en que había incurrido la corte qayarí, dificultaron este esfuerzo de manera notable.Tuvo que compensar el déficit existente mediante la concertación de nuevos e impopulares préstamos con Rusia, que exigió a cambio concesiones políticas y entregando la administración de las aduanas iraníes al gestor belga Joseph Naus, quien aseguró a rusos y británicos que daría prioridad al pago de la deuda contraída con ellos.El viaje duró 6 meses, en los que el shah visitó Austria, Alemania, Bélgica, Francia, Inglaterra —su destino principal— e Italia.Éste obtuvo los fondos necesarios para el tercer viaje real ordenando al director de las aduanas, el belga Joseph Naus, que incrementara las tasas.En una atmósfera crecientemente revolucionaria y mientras el shah, nuevamente de viaje, no parecía dispuesto a cumplir su promesa, un oficial de la guardia cosaca real mató a un seyyed, y en protesta se produjo un nuevo bast en junio de 1906, esta vez en Qom, dirigido por Tabatabaí, Seyyed Abdollah Behbahaní e incluso el monárquico sheij Fazlollah Nurí, que amenazaban con hacer emigrar a todos los ulemas a Nayaf y Karbala, lo que podía privar al país de servicios religiosos (y jurídicos).
Mozaffareddín Shah en la portada de
Le Petit Journal
del 19 de agosto de 1900.
Retrato de Mozaffareddín Shah realizado por
Leslie Ward
en 1903.