La ciudad es el núcleo del área metropolitana de Chone, la cual está constituida además por ciudades y parroquias rurales cercanas.
Sus orígenes coloniales datan del siglo XVIII, pero es a mediados del siglo XX, debido a su ubicación geográfica, cuando presenta un acelerado crecimiento demográfico que la convertiría posteriormente en uno de los principales núcleos urbanos de la provincia.
Las actividades principales de la ciudad son el comercio, la ganadería, y la agricultura.
En esta época Chone se incluía en este titulaje y nombramiento jurídico.
Desde mediados del siglo XVIII, la pequeña villa de Chone, consolidaba aún una ruta obligada en un tumultuoso camino hacia Quito, a pesar de que el camino más importante eran los que guiaban rutas desde Puerto Viejo.
Además, el articulado da a conocer que estas órdenes deberán ser acatadas mediante la adecuada celebración de un día festivo.
En la actualidad es difícil entender la razón por la cual no es conmemorada este fecha tan importante para la historia y sociedad chonense, pero es realmente lógico que debido a las celebraciones cristianas y católicas referidas a la celebración de la Nochebuena ha resultado casi imposible darle otro sentido a los rituales de las fiestas y celebraciones que en durante todo diciembre el mundo católico realiza.
La ciudad y el cantón Chone, al igual que las demás localidades ecuatorianas, se rige por una municipalidad según lo estipulado en la Constitución Política Nacional.
El cantón se divide en parroquias que pueden ser urbanas o rurales y son representadas por los Gobiernos Parroquiales ante la Alcaldía de Chone.
La urbe dos parroquias urbanas: La ciudad está rodeada de cerros y lomas que forman pequeños sistemas de elevaciones litorales con alturas que sobrepasan los 100 metros sobre el nivel del mar.
El relieve más alto está concentrado en la parte sur-este, siendo su mayor altitud en el Cerro Blanco con 560 metros.
Chone limita: Chone es por excelencia una urbe subtropical de abundante y rica flora y fauna por lo que la ciudad se edificó en un territorio muy parecido a la selva ecuatoriana.
El clima predominante es el cálido seco en verano, que va desde junio hasta noviembre, en épocas normales; y el cálido lluvioso en época de invierno, que va de diciembre a mayo.
La red hidrográfica está constituida por ríos, terrenos sujetos a inundación, lagos y charcos intermitentes, y esteros, entre los principales se encuentran: Chone, con sus afluentes Garrapata, Mosquito, Grande, Santo, Sánchez, La Pulga, Cañitas, Zapallo, Monito, Cucuy, Palalache, Convento, Manta Blanca, Plátano, La Iguana, Yahuila y Quiebra Cabeza.
La ecuatorianidad da a conocer que el Montubio (prototipo masculino del campesino criollo) y la Comadre (prototipo femenino de la campesina criolla) han sido como en el resto de la costa ecuatoriana el eje fundamental en la integridad del nacimiento de sus culturas desde finales del siglo XIX donde la identidad criolla se hizo presente en los antiguos asentamientos de indígenas y mestizos costeños; a ellos se les atribuye difundir un lenguaje corporal muy creativo y melódico o corrido (que es llamado sin pensarlo); puesto que de esta invención gramatical han nacido vocablos, acentos lingüísticos y dejes propios de la zona (Véase Cultura del Ecuador).
En Chone se los define como un ejemplo y símbolo de identidad, no como una clase social en concreto.
Los denominados montubios acostumbran a recitar una serie de epitafios, frases, cuentos, versos y fábulas llamadas propiamente Amorfinos que son una especie de declamación y proclamación criolla que trata sobre temas amorosos, cotidianos, feministas, machistas, realidades y sucesos del momento, etc. dirigidos a un grupo seleccionado de personas o dedicados en el anonimato a alguien.
La música nacida de la melodía criolla son el Pasillo, San Juanito, La Cumbia, Bolero y hasta Ranchera o Salsa, en el caso del amorfino más o menos es una mezcla entre la copla española muy similar al fandango junto con la literatura hispanoamericana enmarcada en el realismo del campesinado y obrerado que convive con los animales y la vegetación rústica del entorno, solo que con un sentido y léxico muy originales, enfrascándose principalmente en la graciosidad de las ocasiones abordando cualquier tema de forma chistosa, burlesca, animosa o en extremos ridiculizante, los montubios siempre dicen que hay que sonreírle a la vida, cantarle y dedicarle muchas cosas bonitas porque, vida solo hay una.
Los apellidos más comunes son: Zambrano, Mendoza, Solorzano, Valencia y Cornejo.