Chivo expiatorio

De manera más específica, este apelativo se emplea para calificar a aquellos sobre quienes se aplica injustamente una acusación o condena para impedir que los auténticos responsables sean juzgados o para satisfacer la necesidad de condena ante la falta de culpables.[1]​ La expresión proviene del latín expiatorius, y significa literalmente «antes de venerar».En dicho ritual, se echaban suertes sobre dos machos cabríos: uno era sacrificado por el Sumo Sacerdote, para la expiación de los pecados de los israelitas; el otro era cargado con todas las culpas del pueblo judío "para enviarlo a Azazel al desierto".También es posible que la persona víctima de este fenómeno termine mintiendo su efectiva responsabilidad para aliviar la situación, pidiendo una especie de perdón o porque recibió una amenaza coactiva, lo que a veces la empeora y hace difícil encontrar la verdad, confundiéndose a la víctima con el victimario.[cita requerida] En sociología, el término se emplea para designar a una persona o grupo al cual los más afectados por la frustración redirigen su agresión.
Asesinato del general Bassa durante las Bullangas de Barcelona (1835).