El coche no era otra cosa más que la reproducción del modelo alemán Opel Astra, pero a diferencia de este, presentado solamente en dos generaciones.
La aparición del Astra, se sucedió en un momento en el que el mercado brasileño habilitó la apertura a las importaciones, siendo presentados modelos altamente competitivos como el alemán Volkswagen Golf y el italiano Fiat Tipo.
Esta operación se vio facilitada gracias a la abrupta reducción del Impuesto a la Importación, del 35% al 20%, ya que con la misma la producción de un nuevo modelo resultaba más costosa que su importación.
Sin embargo, desde Europa se pretendía exportar el vehículo con la mecánica original de Opel, la cual no era considerada por Chevrolet Brasil como ideal para este coche.
En Argentina, el vehículo llegó en cantidades muy limitadas, ya que este país importaba directamente de Alemania al Opel Astra.
Fue el primer coche nacional con luces traseras translúcidas, dirección con asistencia electrohidráulica y faros eléctricos regulables en altura.
En el caso del hatchback, con su nuevo motor de 136 CV, superaba por amplio margen a su antecesor el Kadett GSi, sin embargo estéticamente no parecía decir lo mismo.