Chañarcillo es una obra teatral escrita por Antonio Acevedo Hernández, que pertenece al teatro social y nacional chileno.
Todos los hombres están enamorados de ella, pues algunos creen que es guapa (otros que no es agraciada, pero igual merece su cariño), simpática y varonil (el estereotipo de la mujer varonil como algo positivo), esto es, representa una mujer completa.
-Juan El Chicharra: es un minero que viene del sur, le gusta cantar y es aventurero.
-Anita La Risueña: viene de Santiago, es una muchacha bajita, ingenua, entrada en carnes, puede tener catorce como veinte años, se caracteriza porque ríe y llora a la vez.
Es estafado por Patricio y Meneses en 15.000 pesos (gran cantidad de dinero en la primera mitad del siglo XIX en Chile).
Desea a la Carmen y hace una fiesta en su homenaje, sin embargo, esto no es suficiente para conseguir su amor, ella lo rechaza toda la obra.
Desperdicia su fortuna en fiestas y alcohol, pues conserva sus antiguos gustos basados en que la felicidad está en el derroche.
-Las Tañedoras: acompañan en la música a la Cantoras, ocupan instrumentos como el arpa y la guitarra.
Su verdadera historia es que mató a su esposa, se fue al desierto como ermitaño y encontró un oasis.
Al final del tercer acto, una tormenta de arena lleva su cuerpo sin vida por el desierto.
Se ilumina nuevamente el primer cuadro, en escena están los mineros y aparece la Carmen con la Risueña y el Cerro Alto, los mineros le piden a la Carmen que oficie la ceremonia de enterrar al “gaucho”, ella acepta emocionada.
Durante los años 30 y 40 el Frente Popular impulsó las carpas teatrales como manifestación cultural itinerante (Aravena 15).
El único que no llevó a cabo un visión vertical del teatro a los obreros, fue Antonio Acevedo Hernández, dramaturgo que se enfocó en “los sectores desposeídos (o ignorantes), posicionándose desde ellos en el teatro hegemónico de su periodo” (Hernández citado en Aravena 17).
Según Aravena, este nuevo aproximamiento con el proletariado aspiraba a pensar al pueblo como inspiración de un teatro nacional.
Las luchas sociales entraron a escena y los actores nacieron del pueblo, como Víctor Jara (Aravena 18).
De este modo, el arte se unió al pueblo en su pugna por justicia social y mayor equidad.
A finales de los años sesenta, “los vínculos con los sectores oprimidos fueron cada vez más estrechos, las peñas se replicaron por todas partes, los grupos de canciones políticas proliferaban [...] los teatros obreros tuvieron importantes encuentros y montajes, la escena del teatro aficionado haría lo mismo.
En definitiva, la escena cultural tomó parte en el ambiente de Guerra Fría internacional y eligió al pueblo por sobre la elite.
La sociedad chilena se dividió en dos y fue el punto de partida para lo que sucedió en la década del 70.
Entonces, esta representación de ‘otros sujetos’, que no pertenecen a la alta sociedad, como obreros, indígenas, entre otros, no es sólo un hecho cultural, sino también político, que busca exponer la realidad de quienes están en una posición política, económica y social en desventaja.
Así, en Chañarcillo ocurre una “politización de la escena epocal [que] se dio en un proceso donde se imbricaron diversos aspectos, estrechamente ligados al contexto, pero cimentados en prácticas teatrales de larga data y tradición” (Aravena 13).
En esta obra se exponen las tensiones entre los personajes con poder y aquellos que pertenecen al proletariado, en Chañarcillo los primeros son malos y ocupan el dinero para el mal, mientras que los segundos son buenos o lo llegan a ser, desean la riqueza para compartirla con los de su clase y alcanzar la felicidad.El Chicharra.- [...] Yo iré a luchar, no quiero ser más pobre ni miserable.
La Carmen.- ¡Probaremos que la riqueza puede ser una bendición!De este modo, los héroes “se encuentran en el pueblo despojado y modesto” (Piña 14).
Un villano que ingresa a la historia muy avanzada la obra es el Sujeto Bien Vestido, quien hace su aparición como el representante del burgués déspota, que humilla a la heroína, la Carmen, y la cosifica, pues según sus palabras ella está para entretenerlos.
No obstante, este personaje recibe su merecido a manos del Cerro Alto y debe huir de la taberna.
El Sujeto Bien Vestido.- Señores, esta mujer -que se hace la enojada- es de todos los hombres, porque su misión es divertirnos.
En Chañarcillo, la figura del villano rico tiene una excepción en Germán El Verde Cárdenas, quien es ingenuo, respetuoso, honrado y empático, pues cree en las palabras de don Patricio y cede el dinero sin cuestionar las intenciones de su interlocutor.
La empatía se vislumbra cuando Gabino Atienza ha vuelto a caer en la pobreza y no posee más dinero en sus bolsillos, ante esto Cárdenas se compadece y le ofrece dinero:El Verde Cárdenas.- Cárdenas, a sus órdenes.
Por ejemplo, si una mujer no hace lo que él ordena, le enrostra los favores concedidos y la define en una posición de inferioridad.
Tercero, su soberbia lo hizo malgastar su dinero, caer nuevamente en la pobreza y conjurar que volverá a enriquecerse fácilmente.