En la actualidad el cerro es una dehesa ganadera abierta con pequeñas encinas, en los arroyos es donde hay presencia de quejigos.
Próximas a estos arroyos, se encuentran las bocaminas, las escombreras, y los canales de las infraestructuras hidráulicas necesarias para realizar las labores mineras y de procesado del mineral, siendo el cobre el más beneficiado.
Tras la prospección realizada durante el año 2009 en el Cerro de los Almadenes y la recopilación de documentos (ya comentados en el punto primeras noticias sobre el yacimiento), se iniciaron las excavaciones en la ladra NE dónde había indicios que se realizaban la labores metalúrgicas.
“Además se constató la presencia tanto de material cerámico de época romana como otros materiales líticos y cerámicos que evidenciaban la posible ocupación del lugar en épocas prehistóricas y prerromanas”[3] que vendrían a ampliar el espectro cronológico inicialmente documentado por el profesor Claude Domergue.
También se localizó la primera de las atarjeas que evacuaba el agua del cerro hacia el exterior.
Tras los resultados obtenidos durante las campañas 2010 y 2011 en el borde de la ladera NE, se realizó una prospección geofísica en yacimiento.
Las estructuras más representativas localizadas en este lugar han sido las atarjeas con sus canales de desagüe, la carbonera, y la batería de hornos que se correspondería con la fase tardoantigua/visigoda en el yacimiento.
Las evidencias materiales llevaron a identificar el lugar con una Cella Vinaria de época romana.