El pueblo se alza a 936 metros sobre el nivel del mar.Su altitud y las características de sus suelos lo convierten en un lugar idóneo para el roble principalmente.Procede del bajo latín y ya el romance había hecho su aparición con Cernadal, lugar de tierras ligeras, abundantes en humus que las hacen fáciles de trabajar y que, dadas las características y abundancia de su vegetación, son fácilmente explicables.En la Edad Media, Cernadilla quedó integrado en el Reino de León, cuyos monarcas acometieron la repoblación del oeste zamorano.[6] En esta época, Pascual Madoz señala que en este lugar funcionaban dos telares y dos molinos de agua uno en el Tera permanente y otro de invierno en el arroyo del pueblo.