[1] La cerámica como decoración en la arquitectura alcanzó gran importancia en época nazarí superando incluso a las etapas anteriores.
Las fachadas exteriores de los edificios por el contrario continuaron siendo discretas y trabajadas en ladrillo.
De la construcción árabe queda la torre cuya planta está dividida en una sala cuadrada y dos alcobas.
[4] Tiene mucho interés la gran diversidad de alicatados que se conserva en los zócalos y en algunas columnas adosadas.
En este lugar se datan los primeros azulejos dorados hechos con gran destreza.
En estos alicatados hay una inscripción en escritura nasji hecha sobre negro que a su vez destaca sobre fondo blanco cuya leyenda dice:[5]
Son obras muy originales con cintas pintadas en azul, verde, melado y morado, hecho sobre estaño, donde se entremezclan los escudos de banda nazaríes que incluyen el lema de la dinastía «wa-la galib illa illah» (solo Dios es vencedor).
Se pueden señalar algunos ejemplos que subsistieron: En el salón de Embajadores queda una pequeña muestra en el centro.
[11] En la sala de Dos Hermanas la solería estaba compuesta por azulejos en blanco y azul salpicada con el escudo nazarí; en 1815 sufrió a causa del deterioro una restauración completa.
Algunos llegaron intactos hasta el siglo xxi mientras que de otros solo se han podido conservar pequeños o grandes fragmentos, como golletes, asas y cuerpos.
[14] En 1391 tuvo lugar en Córdoba el asalto a la judería, un espacio que más tarde sería la collación cristiana de San Bartolomé.