[4] Basado en las características de las vainas y las inflorescencias, el botánico Ivan C. Nielsen incluyó el género Samanea en sinonimia bajo el género Albizia,[4] otros botánicos por su parte recomendaron la reincorporación de Samanea como un taxón separado basado en características morfológicas diferentes.
[4] El nombre científico aceptado por algunas autoridades es Samanea saman[4] se origina de la corrupción lingüística del nombre español del árbol en el norte de Venezuela, "zaman", que significa árbol parecido a una mimosa.
[4] En América Latina, se le conoce como samán, cenízaro, lara, cenicero, genízaro, carreto, carreto negro, delmonte, dormilón, guannegoul, algarrobo del país, algarrobo, campano, carabeli, couji, lara, urero o zarza en español; y chorona en portugués.
En Tailandia se le conoce como kampu, chamchuri, chamcha, y en Vietnam me tây.
[4] su copa llega a medir hasta 50 m o más de diámetro.
[9] Es una especie nativa de la zona intertropical americana, desde el sur de México hasta Perú y Brasil, ampliamente introducida en las islas del Caribe como Puerto Rico y del Pacífico como Hawái.
También se ha introducido en otros continentes como el asiático: específicamente en la India tropical, y también en Bengala (Bangladés).
[6] Se ubica tanto en climas monzónicos como ecuatoriales con precipitaciones anuales de 1000-2500 mm.
Es usualmente recomendado para la reforestación de zonas costeras degradadas, amenazadas por la erosión del suelo y la desertificación.
[6] En algunas zonas, partes del árbol son usadas con supuestos fines medicinales, se mastican las semillas para tratar el dolor de garganta.
[4] En Tailandia el árbol se utiliza como hospedante de Laccifer lacca que se alimenta de la corteza del árbol, cubre las ramas con un pigmento resinoso rojizo y que es transformado posteriormente en goma laca.
[4] Las semillas secas son usadas para fabricar collares u otros objetos artesanales.