Del Paleolítico Medio y el Paleolítico Superior no tenemos vestigios lo que hace suponer que las gentes se refugiaron en las montañas próximas buscando abrigos para defenderse del frío.
Pero la conquista romana será la que deje una huella más profunda pues estas tierras eran muy importantes para los intereses del Imperio: la protección de la explotación aurífera en el Noroeste peninsular.
La economía del municipio de Castrocalbón ha sido tradicionalmente agraria, aunque hoy está en declive.
Los cultivos tradicionales eran fundamentalmente las patatas, alubias (habas),remolacha, trigo, cebada, alfalfa, trébol, nabos, berzas, y hortalizas en las tierras de regadío.
Actualmente, la mecanización del campo, propiciada por la entrada en la Unión Europea, ha provocado que no sea necesaria tanta mano de obra para el campo con lo que unos pocos agricultores trabajan casi las mismas tierras con muy poca mano de obra.
Existe también una farmacia localizada en Castrocalbón que dispensa medicamentos a las cuatro localidades.
Este monumento escrito es sin duda el más valioso por su importancia histórica y jurídica.
Preciosas ruinas antiguas que se encuentran situadas en la parte más alta del pueblo, al lado de la ermita.
En la misma meseta aún se conservan las ruinas de lo que fuera un suntuoso palacio construido a finales del siglo XIV o primeros del XV: en la fachada sur un sobrio arco de los tres que conformaban esta, y en la parte norte un enorme "paredón" de tierra apisonada.
A los pies de la meseta del Palacio, ya en la vega, se halla la iglesia que Gómez Moreno describe así: «Debajo del castillo, a la solana, está la iglesia del Salvador, edificio bien conservado, cuya cabecera es de albañilería morisca, y las naves una obra ruda posterior, como del siglo XIII...» La Vía XVII, citada en el Itinerario de Antonino y que unía las ciudades de Asturica Augusta (Astorga) y Bracara Augusta (Braga), cruza el municipio de norte a sur.
Actualmente está en uso un nuevo puente a escasa distancia del antiguo, que se mantiene (de momento) por su valor histórico.
Unos pueblos donde sus gentes sobrevivían del trabajo en la agricultura y la ganadería como únicos recursos tenía que dejar una arquitectura popular acorde con el medio: la piedra (cantos rodados), el tapial y el adobe son los materiales que había más accesibles para construir las viviendas y dependencias necesarias para las labores del campo: paneras, pajares, cuadras, corrales.
Esta iniciativa, impulsada por un grupo de vecinos del municipio y apoyada por el propio ayuntamiento y la asociación El Teixu, recuperó la toponimia tradicional tras una minuciosa investigación del acervo local.
Como resultado, los rótulos colocados presentan una imagen del pendón del pueblo junto con la denominación correspondiente en asturleonés, mostrando asimismo su traducción al castellano en aquellos casos en los que existan diferencias ortográficas con éste o en los que la forma castellanizada goce de popularidad entre el vecindario.