[3] En la muestra que recogió Prümers, prevalecía el estilo Moche-Huari en un 92 %, seguido del Huari Clásico (7 %), Nazca y Lambayeque.
Prümers concluyó que el Castillo era un cementerio de la elite moche, del Horizonte Medio.
Ello los diferencia de los entierros típicamente costeños, pues estos suelen presentar el cuerpo echado o extendido.
[5] En septiembre del 2012, los arqueólogos procedieron a excavar entre los escombros que aún quedaban en la parte más alta de la pirámide escalonada.
Se procedió a retirar esa capa, cuyo peso total fue de unas 33 toneladas.
En ambos tipos sobresalen vigas horizontales de madera colocadas regularmente distanciadas para formar hileras, cuya finalidad sería dar estabilidad a la construcción.
Los cuerpos estaban enfardados en posición flexionada sentada, que es el típico entierro de la sierra.
Ello, sumado a las características de los objetos asociados, indica que pertenecían a los huaris, que habrían conquistado la región hacia el siglo IX d. C.[1] El hallazgo de las 63 tumbas es importante por ser la primera vez en que se hallan intactos contextos funerarios de la cultura huari y por probar fehacientemente que el Castillo de Huarmey había sido un palacio o centro administrativo del imperio huari, el primero hallado en la costa norte peruana.
Hasta entonces algunos arqueólogos ponían en duda el avance huari por dicha región y atribuían los restos del Castillo a la cultura moche.
Es factible suponer que los huaris elevaran o reocuparan dicho conjunto sobre anteriores construcciones moche.
Esto nos permite conjeturar sobre las relaciones entre ambas culturas y las influencias que pudieron darse mutuamente.
Las evidencias nos sugieren que entre el 600 y el 800 d. C., años en los que se sitúa el avance imperial de los huaris sobre el actual territorio peruano, hubo cambios notables en el norte, (específicamente en los sitios moche), los cuales se vislumbran en el aspecto tecnológico, arquitectónico, metalúrgico (uso del bronce), en la vestimenta, en los tocados, conocimientos todos que vinieron del sur, y que se explicaría como los aportes de una cultura expansionista, como lo fue la huari, surgida en las cercanías de la actual ciudad de Ayacucho, en la sierra sur peruana.