Castillo de Alburquerque

Muy pocos años después, en 1184, las tropas almohades retomaron la zona, pero en 1217 los cristianos recuperaron de forma definitiva el control del lugar.[1]​[4]​ Inmediatamente después, la localidad fue repoblada por Alfonso Téllez de Meneses con pobladores castellanos y portugueses.El lado del evangelio forma parte del lienzo de la muralla y por tanto no tiene vanos, mientras que el lateral de la epístola presenta tres contrafuertes, dos que enmarcan la portada y otro que sujeta la inflexión del presbiterio.La portada es de sillería, con vano en arco apuntado y sin relieves decorativos.Por lo demás, es un templo sobrio sin elementos decorativos, salvo una elemental imposta que actúa como capitel de los arcos.[9]​ Todas las construcciones que componen el castillo son de buena mampostería, reforzada por abundante sillería en las zonas nobles, esquinas y refuerzos varios.El castillo se yergue como una mole en lo alto del cerro, presidiendo el conjunto defensivo, aunque su misma masa y lo escarpado del terreno han obligado a realizar en fechas recientes importantes obras de refuerzo con hormigón armado para contener la ruina que amenazaba a la fortaleza.
Patio del castillo; al fondo, la torre del homenaje.
Muros del castillo
El castillo señorea sobre la villa de Alburquerque.