En las lenguas indoeuropeas, aparece a menudo como resultado de la simplificación del más complejo sistema de casos nominales que originalmente compartían estas lenguas.
Algunas lenguas iranias e índicas modernas han desarrollado paralelamente una distinción tripartita entre el caso directo, vocativo y oblicuo, tanto en el nombre como en el pronombre.
En Hindi-Urdú[1] el caso directo es empleado para las mismas funciones que el nominativo (y en pronombres de primera y segunda persona también como objeto), el caso oblicuo se usa con posposiciones.
En Pashtu[2] el caso directo sirve tanto para el nominativo como el acusativo y el resto de relaciones generalmente se marcan con el caso oblicuo más preposición o posposición.
[7][8] Entre las 8 posposiciones que hay en Hindi-Urdú, las para los casos genitivo y semblativo se declinan por el género, número, y caso del objeto o del sujeto de la frase.