Pese a ser totalmente falso, tal rumor comienza a circular por París, lo cual, junto con su regio apellido y su fastuoso tren de vida hace que se le abran las puertas de la más alta sociedad, que espera congraciarse con ella.Tras este paso, se hace evidente que el cardenal no se podrá contentar con meros mensajes verbales, y el matrimonio Valois y Rétaux de Villette dan un paso más en la estafa al cardenal.La investigación posterior al escándalo señalará la increíble ingenuidad del cardenal, pues alguien de su rango y cercanía a la corte tendría que haber reconocido las cartas recibidas como falsas al ver que estaban firmadas con un María Antonieta de Francia, cuando los monarcas solo firmaban con su nombre personal, en este caso como María Antonieta.En esa época, las citas galantes con mantos y capas en los bosques de Versalles hacían furor.Contacta con ella y logra convencerla para que se haga pasar por la reina con el fin de gastar una broma a un amigo.Por aquel entonces, los joyeros de la corte Charles Boehmer y Marc Bassenge, se ven en un gran aprieto económico.Luis XV había encargado para su amante Madame du Barry un soberbio collar de diamantes a estos dos joyeros.Sin embargo, la muerte de Luis XV frustró la operación, y los joyeros tuvieron que quedarse con el costosísimo collar.Ensimismada ante tal magnificencia, la condesa decide hacerse con el collar por medio del cardenal.Le hace saber que la reina, antes de la pública reconciliación, necesita un último favor del cardenal: desea comprar un lujoso collar, pero carece de efectivo para ello; propone al cardenal de Rohan que lo compre en su nombre, y que posteriormente ella le abonará el coste del collar conforme lleguen los plazos; esto es, plantea al cardenal de Rohan que actúe como su avalista y testaferro en la compra del collar.El cardenal, aunque contento por la muestra de confianza que cree que le hace la reina, se muestra receloso: pese a ser fabulosamente rico, el precio del collar, rebajado hasta un millón seiscientas mil libras, no deja de parecerle desorbitado.Por haber favorecido esta negociación el joyero le regalará a la estafadora varias joyas.Su codicia los perjudica, pues pretenden vender diamantes por más del efectivo que ningún joyero de París pueda disponer.Los joyeros, que apenas pueden sostener su penosa situación, deciden al fin acceder a la rebaja.Al interrogar a Boehmer, descubre que el collar fue comprado por el cardenal de Rohan en su nombre; María Antonieta, que, por influencia de su madre María Teresa, desprecia profundamente a de Rohan, se siente ultrajada por esa estratagema, en la que cree ver una venganza del propio cardenal, a quien considera su enemigo.No se muestra dispuesta a pasar por alto cómo de Rohan ha usado, supuestamente, su nombre en su propio provecho, mezclándola en una estafa.La nobleza francesa, desde siempre enemistada con la reina, se siente atacada e insultada por tal maniobra.Igualmente, son detenidos Nicole Leguay, la prostituta que se hizo pasar por la reina, y el místico Cagliostro, sospechoso de encontrarse en términos con la condesa.Cualquier sentencia condenatoria hacia el cardenal queda excluida, al estar claro que ha sido víctima de una estafa.Sin embargo, el Parlamento debe elegir entre una absolución con reprobación hacia la conducta del cardenal, que ha usado el nombre de la reina sin su consentimiento, lo cual afianzaría la posición de María Antonieta, o una absolución completa, lo cual hundiría a María Antonieta.El Rey acepta, y tras la sentencia destierra al cardenal, acto que el pueblo y la nobleza ve como un atropello a la decisión del Parlamento, lo cual socava aún más si cabe la imagen de la monarquía francesa.Conforme la indignación general por los detalles del proceso, que ponen de manifiesto el despilfarro de la corte, crece en Francia, la condesa, refugiada en Londres, se dedica a airear aún más el asunto.