Caso de La Manada

[1]​[2]​ El caso, que se consideró en dos tribunales de Navarra —Audiencia Provincial y Tribunal Superior de Navarra— como un abuso sexual, no como violación, tuvo una importante cobertura mediática y en redes sociales.

[3]​ También movilizó a gran parte de la población española que se manifestó en desacuerdo con dichas sentencias.

Entre los cinco se encontraban un guardia civil y un militar miembro de la Unidad Militar de Emergencias,[5]​ este último con tres antecedentes penales por lesiones, riña tumultuaria y desorden público.

[11]​ Según la fiscalía "la declaración de la víctima cumple todos los requisitos para darle absoluta y total credibilidad y sin embargo la de los acusados tiene contradicciones, no pequeñas, sino determinantes".

[19]​ La fiscal en su informe considera que el testimonio de la denunciante fue creíble objetivamente, se mantuvo durante toda la instrucción, no introdujo «elementos inverosímiles» y no tenía «motivos espurios» para denunciar.

Una vez que lo estudie el Ejecutivo, decidirá si se «precisa una actualización».

[35]​ Asociaciones feministas denunciaron la sentencia valorándola como especialmente negativa porque puede sentar «muy mal precedente» teniendo en cuenta el contexto de los hechos.

«La justicia patriarcal ha actuado contra la víctima, los violadores han visto rebajado el tipo penal de agresión a abuso sexual.

Especialmente rechazable nos parece que haya habido un voto particular pidiendo la absolución de todos ellos» señaló la Plataforma 7N.

[36]​ Para Marisa Soleto, presidenta de Fundación Mujeres, «la sentencia ha sido decepcionante.

Todas estas movilizaciones -y la opinión pública asociada- indujeron al Gobierno a plantear cambios en el Código Penal.

Un grupo de expertos comenzó a revisar el capítulo sobre delitos sexuales, cuyo borrador fue enviado al Gobierno.

Se confirma la calificación de abuso sexual continuado y descarta que existiera violencia.

Polo fue la responsable de los materiales y bibliografía que se impartieron en los juzgados sobre este tema, además de impartir cursos en el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) sobre el tema.

Su tesis doctoral fue Soluciones de la sociedad española ante la violencia que se ejerce contra las mujeres (2005) y es miembro del Observatorio contra la Violencia Dómestica y de género del CGPJ.

[49]​ Los tres magistrados del tribunal fueron Francisco Cobo, que lo presidió, Raquel Fernandino y Ricardo González.

Tras iniciar una conversación, se unieron más tarde el resto de acusados y comenzaron a charlar.

Tras este encuentro, la víctima realizó una breve llamada al amigo con el que había venido a Pamplona desde Madrid.

A las 3:00 se fueron los seis de la Plaza del Castillo caminando hacia la calle Espoz y Mina.

En un hotel, dos de los acusados (sin la denunciante) preguntaron si tenían una habitación por horas, "para follar".

Seguidamente, José Ángel Prenda abrió la puerta de acceso al portal.

[51]​[19]​ Hallándose las cinco personas así ubicadas, Ángel Boza y la denunciante estaban besándose en la boca ; mientras se hallaba en esa situación, José Ángel Prenda desde la puerta de acceso al portal, que mantenía abierta, dijo "vamos, vamos".

[52]​[19]​ En concreto y al menos, la denunciante fue penetrada bucalmente por todos los procesados; vaginalmente por Alfonso Jesús Cabezuelo y José Ángel Prenda, este último en dos ocasiones, al igual que Jesús Escudero Domínguez quien la penetró una tercera vez por vía anal, llegando a eyacular los dos últimos y sin que ninguno utilizara preservativo.

La mañana siguiente fueron identificados por la Policía Foral en la plaza de toros, tras haber participado en el encierro.

Tras iniciar una conversación, se unieron más tarde el resto de acusados y comenzaron a charlar.

Momentos más tarde, el grupo "se puso en movimiento a la vez, caminando por la parte exterior de la Plaza del Castillo en dirección hacia los porches donde se encuentran los bares Casino Eslava y Txoko, volviendo a salir de los porches y continuando su camino hacia la C/ Espoz y Mina."

Jose Ángel Prenda practicó un «beso negro» a la denunciante, y así lo hizo ella también.

En palabras del Magistrado, todo sucedió «sin que dicha denunciante les expresase ni de palabra ni con gestos, ni de ninguna otra manera, su disconformidad, creyendo en todo momento, los dichos cinco acusados, que ella estaba conforme con los actos sexuales que entre ellos mantuvieron, ni, por lo demás, conste acreditado que la denunciante durante las referidas relaciones sexuales se encontrase en una situación de shock o bloqueo que le hubiese impedido comunicar a los cinco acusados, si así lo hubiere querido, que su deseo no era el de mantenerlas.»[57]​ Uno de los acusados, (el cual no practicó penetración vaginal ni anal) grabó seis vídeos y tomó dos fotos.

Una pareja de jóvenes escuchó su llanto desconsolado y llamó al 112, tras lo cual se presentaron las autoridades policiales.

[75]​ Alfonso Jesús Cabezuelo anunció en una carta abierta que no pedirá que se le revise la pena, expresando su deseo de cumplir la pena íntegra impuesta por el Tribunal Supremo y alcanzar su reinserción.

La jurista Marisa Soleto analiza la sentencia de La Manada
Concentración de protesta por la sentencia frente al Ministerio de Justicia en Madrid
Video de las protestas fuera del Ministerio de Justicia y la Gran Vía de Madrid .
Protesta en las calles de Málaga con pancartas "La Manada somos nosotras"