Esta clasificación de especies varía según cada cultura: por ejemplo algunas personas en Corea comen perros, mientras que son considerados mascotas en Occidente, donde se comen vacas, mientras que en gran parte de la India están protegidas legalmente.
[1] Al analizar la historia del vegetarianismo y la oposición al mismo desde la Antigua Grecia hasta el presente, el experto en literatura Renan Larue encontró algunos puntos recurrentes en los que describe como argumentos carnistas.
[13] En los años 1970, fueron cuestionadas las opiniones tradicionales sobre la posición moral frente a los animales por los defensores de sus derechos.
Entre ellos estaba el psicólogo Richard Ryder, quien en 1971 presentó la noción de especismo, que en sus palabras es la atribución de valor y derechos a los individuos basándose exclusivamente en la especie a la que pertenecen.
[16] Un aspecto central del carnismo es que categoriza a los animales en comestibles, no comestibles, mascotas, plagas, depredadores o para entretenimiento ─según el esquema psicológico de la persona─, clasificaciones mentales que determinan ─y están determinadas por─ nuestras creencias y deseos.
[10][24][25] Los occidentales están más dispuestos a comer animales, consideran que tienen menores capacidades mentales y controversialmente les atribuyen menos facultades mentales y menor posición moral.
[21] Por ejemplo, en un estudio la gente categorizaba a animales exóticos no familiares como menos inteligentes si se les decía que la gente nativa los cazaba y en otro consideraron a las vacas menos inteligentes luego de comer charqui.
Se dice que estas creencias son reforzadas por varias instituciones, incluyendo las religiones, las familias y las mediáticas.
[10] Quienes esgrimieron esos argumentos reportaron más fuertemente sentir menos culpa sobre sus hábitos dietarios, una tendencia a cosificar a los animales, menos preocupaciones morales por ellos y una atribución menor de conciencia.