[3] La manera en que se produce la reducción de la disonancia puede tomar distintos caminos o formas.
[4] Si la persona piensa que, cuando hay un esfuerzo o se produce un coste, lo consistente es que a este costo o penalidad le siga una recompensa apreciable, al advertir que después de un esfuerzo no llega la recompensa esperada, puede reducir la consiguiente disonancia buscando otra posible recompensa futura: Sólo se aprende del error, esto servirá para evitar futuros errores...
[6][7] Hank Rothgerber postuló que los consumidores de carne pueden hallar un conflicto entre su hábito alimenticio y su afección por los animales.
[5] La persona en este estado puede emplear varios métodos para prevenir que esta disonancia ocurra, tales como la evasión, la ignorancia deliberada, la disociación, el cambio en la percepción de la conducta y la derogación del bienhechor.
[5] El alcance de la disonancia cognitiva en relación con el consumo de carne varía según las actitudes y valores del individuo, que pueden determinar si existe o no conflicto moral alguno entre sus valores y lo que come.
Por ejemplo, personas de tendencias dominantes y que valoran una personalidad masculina son menos propensas a experimentar esta disonancia al tender a pensar menos que comer carne es moralmente reprobable.
El experimento consistió en pedir a una serie de sujetos que realizasen una tarea muy aburrida.
Los del primer y tercer grupo reafirmaron su anterior respuesta, que la tarea había sido muy aburrida.
Así, si de improviso se nos presenta una persona conocida con la cual hemos tenido cierta desavenencia previa, debemos adoptar una postura definida: no saludarla, por ejemplo, o bien fingir que uno siente que no ha pasado nada.