Carlos III cazador

[1]​ De este conocido retrato, que recuerda el pasatiempo favorito del soberano, se realizaron cinco copias.

En 1779 fue presentado por primera vez a Carlos III cuando el monarca visitó su taller en Madrid.

La obra muestra muchas similitudes con el primer retrato del rey que Goya pintó aproximadamente un año antes: Carlos III con traje de corte.

El rey va acompañado de un gran mastín blanco que duerme plácidamente a sus pies.

[3]​ La caza era una verdadera pasión para Carlos III, que le dedicaba varias horas casi todos los días.

Según Julián Galli, la diferencia con la obra de Velázquez radica principalmente en la actitud del monarca.

El hecho de que Carlos III sostenga un arma en reposo subraya este cambio.

Hasta ahora, no se ha realizado ningún estudio comparativo de todas las versiones.

Esta versión y la pintura de las colecciones del Prado son las más cercanas.