Pepe Alameda
Hoy por hoy, sus textos son ampliamente consultados y de referencia obligatoria para todos los que pretendan historiar la fiesta... Fue además, un gran poeta, así lo demuestra su libro ‘El Seguro Azar del Toreo’, y sobre todo sus Poemas al Valle de México y Ensayos sobre estética, libro, este último, que fue como una bomba en los círculos intelectuales de la Ciudad de México, ¿cómo, se preguntaban muchos, un frívolo cronista de toros se atrevió a juzgar a Goya, Picasso, Dalí, José Luis Cuevas, a Diego Rivera y Orozco?, impresionadas las mafias de intelectuales por la seriedad del poeta, del ensayista y el profundo conocimiento y dominio del lenguaje, del que hacía gala en todos sus escritos y narraciones, lo condenaron a muerte de puro miedo.Muy lejos estaban los días, en que Xavier Villaurrutia, director de la prestigiada revista literaria ‘El Hijo Pródigo’, le publicó su ensayo ‘Disposición a la muerte’.Apareció su ensayo junto al poema “La vereda del cuco” de Luis Cernuda, y eran sus compañeros en la revista: Alfonso Reyes, Rodolfo Usigli, Octavio Paz, Enrique González Martínez, José Gaos, José Vasconcelos, Pepe Bergamín.No perseguía tanto comentar este libro, decía Alameda, cuanto en cierto sentido complementarlo...Y, en efecto, añade Aguado: "Alameda es un heterodoxo porque entra a saco en el campo de los cánones, para arrasarlos".Por los años ochenta, quiso volver a sus inicios literarios, pero no le abrieron las puertas de los cenáculos culturales.Quiso incorporarse como maestro de literatura en las universidades, tenía invitación para ello; no lo dejaron.Ricardo Garibay, intrigado por el silencio de las mafias literarias, decide visitarle en su casa.No me lo explicó, respondió Pepe, agregando, yo lo sé desde hace mucho, y perdone la inmodestia, pero sí soy un gran poeta.