Hijo de Manuel María Camino Bottaro y Dolores Emilia Calderón Denegri.
Como agente viajero recorrió pueblos y ciudades del Perú.
Transitoriamente se estableció en Chincha como director del diario La Acción (1924).
Finalmente radicó en Trujillo (1933), donde se dedicó al comercio y fue director del archivo de la Universidad Nacional de Trujillo (1953).
Alberto Ureta dijo que era la mejor novela histórica del Perú, porque al valor del contenido se unía el mérito de la forma.