Finalizado el bachillerato en Barcelona, no pudo continuar su formación en la Universidad debido a las limitaciones económicas de la familia, y concurrió a las oposiciones del cuerpo de Telégrafos, obteniendo su primer destino en Tárrega (Lérida) en 1933.
Es en Extremadura donde se estableció definitivamente y, no obstante su formación y profesión técnica, desarrolló paralelamente una gran actividad cultural, científica e investigadora: de forma autodidacta profundizó en la Historia, la Arqueología, la Numismática o la Epigrafía, referidas sobre todo al ámbito extremeño, además de mostrar gran interés por otros muchos campos como la literatura, el arte, el periodismo, la naturaleza o el ajedrez.
En 1944 toma contacto con el ámbito cultural extremeño incorporándose a la tertulia literaria Alcántara, que sería el germen de la revista del mismo nombre, y de la que posteriormente sería director.
Debido a esta controversia, demostrar la autenticidad de Maltravieso le supuso a Carlos Callejo un gran esfuerzo en correspondencia, viajes y gestiones, hasta que su destacada participación en el IX Congreso Nacional de Arqueología, celebrado en 1969, dejó acreditada su indiscutible relevancia científica.
Carlos Callejo falleció en 1993 en Cáceres, de la que ese mismo año había sido nombrado hijo adoptivo.