Destacan varios cines de invierno y verano, imprentas, fraguas, oribes.
Cuenta con un centro infantil municipal llamado CI Las Cigüeñas y un colegio público de Educación Infantil y Primaria llamado CEIP Cristo de la Victoria.
Fue inaugurada en 2013 por el ministro de agricultura Miguel Arias Cañete y el presidente extremeño José Antonio Monago.
La imagen, que mide 133 cm de altura, aparece con los brazos abiertos, la mirada alta, elevándose en una nube y rodeada de sus diez ángeles, de los cuales sólo tres presentan la figura completa; a los siete restantes sólo puede apreciarse la cabeza y las alas.
La imagen fue traída hasta Serradilla por la Beata Francisca de Oviedo y Palacios, a la que los serradillanos están eternamente agradecidos.
Tal fue el asombro de los fieles al ver concluida la obra en Madrid, que las trabas para traerla a Extremadura tardaron muy poco en hacerse notar.
Se cuenta incluso el propio escultor quedó boquiabierto al ver el resultado, llegando incluso a decir: “Esta no es obra mía, sino de Dios”.
O al menos por un tiempo, porque antes de llegar a Serradilla, la imagen se expuso en Plasencia y claro, como no podía ser de otra forma, los placentinos querían hacerla suya.
Aunque no era suya y lo sabían, y por fortuna o desventura, una madrugada del mes de abril, ocho serradillanos cargaron con el Cristo sigilosamente para llevárselo a su pueblo, donde hoy por fin descansa.
Con su Cruz aplasta a la serpiente que simboliza el demonio y el pecado.
Los grupos de adoración nocturna serradillana son los que mantienen esta tradición.
La imagen ha recorrido las calles del pueblo cacereño en tan solo dieciséis ocasiones desde 1641, en que llegó a Serradilla.
Durante las tardes anuales del mes de mayo, se reza el Rosario por las calles, cada día en una, donde los vecinos levantan preciosos altares a la Virgen repartiendo luego dulces, y recitando poesías, y ofreciendo flores a la imagen.
Abundan en este pueblo, numerosos juegos populares extremeños y sobre todo serradillanos, como Marro, Tantajerrera, Las Catarromas, Los mochos, La Sepulturas, El truque o Truqui en serradillano... Un amplio abanico en el que los niños y niñas de Serradilla, mostraban su destreza y habilidad para divertirse, corriendo por sus empedradas calles.
Otro patrimonio singular es su habla característica, encuadrada en el extremeño, variante del leonés oriental.
Entre otros dulces abundan las roscas fritas, perrunillas, rizos, floretas, orejones y huevillos.