Cueva de Maltravieso

Se encuentra en el área caliza del sur de la capital cacereña, conocida popularmente como El Calerizo.

Por los primeros restos arqueológicos encontrados por los obreros, se piensa que la cavidad fue ocupada en un momento impreciso de la Edad del Bronce, aunque posteriormente, Carlos Callejo lo asocia al Neolítico.

Algo similar ocurre con el material cerámico, ya que Carlos Callejo reconoce que al principio era abundante, pero en la fecha de la publicación de su monografía gran parte había desaparecido.

Los materiales recuperados en el momento del descubrimiento se encuentran actualmente en el Museo de Cáceres.

En relación con el material cerámico proveniente de la Edad del Bronce, se conservan vasos toscos con decoraciones incisas, básicamente líneas paralelas.

Además deduce las técnicas usadas en su realización y sus posibles relaciones con otras manifestaciones artísticas europeas.

Estos hallazgos se publicaron en la Guía del visitante, redactada por Martín Almagro en 1969.

Diez años después, en 1979, Eduardo Ripoll Perelló y José Alfonso Moure Romanillo publican los primeros grabados de Maltravieso.

En esta última, se acometieron dos procesos: primero, limpiar de escombros el interior de la cavidad para poder realizar sondeos mecánicos; y segundo, comenzar la excavación arqueológica y el posterior estudio científico.

En este esqueleto se reconocían un conjunto de paleopatologías asociadas a trabajos intensivos y regulares.

Ambos sitios han sido objeto de excavación arqueo-paleontológica durante muy pocos años hasta su paralización.

En la primera de ellas, el objetivo inicial era encontrar los restos asociados a los artistas que pintaron las manifestaciones rupestres.

Los artistas las realizaron plasmando sus manos, algunas de ellas sobrescribieron el dedo meñique con pintura, según ha demostrado la fotografía mediante infrarrojos.

Estos motivos parecen tener una amplia cronología que abarca desde el Auriñaciense al Magdaleniense.

Hoy son conocidos otros hallazgos de arte rupestre en zonas aledañas a Extremadura, como Escoural, Vale do Côa o Mazouco en Portugal, y Siega Verde en Salamanca, sigue siendo Maltravieso una referencia imprescindible en el arte prehistórico peninsular.

Esta cronología se ha otorgado por las similitudes de la cerámica con otros yacimientos conocidos tanto en La Meseta como Extremadura.

Carlos Callejo Serrano descubrió las pinturas rupestres de Maltravieso en 1956.
La entrada a la cueva en 2017.