Se ha construido en el lugar un aula de interpretación arqueológica que ofrece a los visitantes que visitan el enclave, una amplia información sobre la vida en la zona de estas poblaciones de cazadores-recolectores y pescadores del Pleistoceno tardío.
Los grabados están protegidos con un vallado que asegura su conservación.
Las figuras inventariadas fueron realizadas por piqueteado, incisión y abrasión, siendo las representaciones de équidos, uros, ciervos y cabras las más comunes dentro del grupo figurativo zoomorfo, además de otras menos frecuentes como las de renos, rinocerontes lanudos o bisontes; especies hoy extinguidas en estas latitudes, que denotan el carácter Paleolítico de estos grabados.
Desde entonces se han llegado a catalogar más de 500 grabados figurativos zoomorfos y no figurativos o signos abstractos del Paleolítico superior tanto del periodo Gravetiense/Solutrense (20.000 años bp) como del Magdaleniense y Magdaleno-Aziliense (17.000-9.000 años bp); en 96 paneles, a lo largo de un km.
[1] Este conjunto Paleolítico de Siega Verde, representa a juicio de la Unesco el conjunto más excepcional al aire libre del arte paleolítico en la península ibérica, que se incorpora a la ya reconocida como Patrimonio Mundial, del Valle del Coa en Portugal.