Este periódico no solamente publicó uno de sus cuentos sino que además lo tomó como redactor.
Asimismo rodó muchas actualidades y películas que combinaban noticias con notas publicitarias.
En 1927 el gobierno de su país lo designa cónsul en Los Ángeles y le encomienda estudiar el cine estadounidense, por lo que viajó con su esposa Lucía Lizana, quien se ocupaba de las tareas técnicas del laboratorio y su primera hija María.
También hacía crónicas para otras publicaciones latinoamericanas, incluyendo a la revista Sintonía de Argentina.
En 1937 volvió a Buenos Aires contratado por la empresa Argentina Sono Film para dirigir 6 películas en 2 años.
Fue una interesante película precursora del género semidocumental sobre la cual el crítico Domingo Di Núbila escribió:
Dijo Atilio Mentasti, el hijo del fundador de Argentina Sono Film de Borcosque: “Tenía una disciplina, un orden, usted sabía a la mañana qué se iba a filmar, qué se haría si llovía.