El cargador funciona moviendo los cartuchos almacenados, posicionándolos en la recámara por la misma acción del arma de fuego.
A menudo, el cargador extraíble es llamado peine, aunque esto es técnicamente incorrecto.
En las ametralladoras, el peine vacío era eyectado por el lado opuesto del cajón de mecanismos.
Cuando se disparaba el último cartucho de un peine en bloque, al abrir el cerrojo este caía por un agujero en la parte inferior del depósito, o era eyectado del depósito por un resorte.
Entre los fusiles que empleaban este tipo de peine están el M1 Garand estadounidense y el Mannlicher M1895 austrohúngaro.
Estos dispositivos permiten al tirador cargar su arma con múltiples cartuchos a la vez.
Hoy en día, todavía pueden encontrarse numerosos cargadores tubulares, sobre todo en escopetas y aquellas armas que utilizan cartuchos con bala de punta redonda.
Los cargadores internos fijos aparecen en numerosos fusiles de cerrojo anteriores a la Segunda Guerra Mundial, así como en algunos modernos fusiles de cerrojo destinados a la cacería.
Por otro lado, los cargadores extraíbles permiten al tirador cargarlos o descargarlos fuera del arma.
En determinadas armas es posible unir dos o más cargadores extraíbles, lo que aumenta enormemente la capacidad de fuego disponible.
Este tipo de cargador, que puede también ser fijo o extraíble, se caracteriza por su diseño circular.
La cinta alimenta al arma al mismo tiempo que los eslabones que unen los cartuchos se desintegran o bien son eyectados por el lado opuesto del cajón de mecanismos del arma.