El epicardio contiene progenitores de células esenciales, que no son cardiomiocitos.
Presentan una característica prominente y única del músculo cardiaco, que es la presencia de bandas transversales, irregularmente espaciadas, llamados discos intercalares.
Los cardiomiocitos se conectan con sus vecinos mediante estos discos formando las fibras miocárdicas.
[3] El retículo sarcoplásmico no es muy desarrollado y se distribuye irregularmente entre las miofibrillas, que aparecen claramente separadas.
Las mitocondrias pequeñas son extremadamente numerosas, están empaquetadas y distribuidas regularmente, dividiendo a las células cardíacas en miofibras muy evidentes.
[4] Los cardiomiocitos son células que se ramifican, formando estructuras tridimensionales locales en forma de red, unidas mediante los desmosomas y las zonula adherens de los discos intercalares.