Es un pez de movimientos lentos, pero muy agresivo una vez inmerso en el frenesí alimentario.
[6] Ocasionalmente se encuentran en aguas poco profundas, hasta los 37 m, principalmente alrededor de islas mesooceánicas como Hawái, o en las áreas en las que la placa continental es delgada y hay acceso a aguas profundas cerca.
[7] A diferencia de muchos animales no tiene un ciclo diurno pero es activo día y noche.
La nariz del tiburón es redondeada y sus ojos circulares con membranas nictitantes[6] C. longimanus, sin embargo, tiene un cuerpo más bien aplastado, lo que le da un cierto aspecto jorobado.
Además de las puntas blancas, las aletas pueden ser moteadas y en los especímenes juveniles pueden tener marcas negras.
Los dientes en la mandíbula superior son triangulares, pero más largos y anchos, siendo completamente aserrados (hay 14 o 15 a cada lado de la sínfisis).
Los peces óseos que come son lanzones, pez remo, barracuda, jureles, llampugas, marlines, atunes y caballas.
[6] Hasta el siglo XVI,[12] los tiburones eran conocidos por los marineros como perros marinos[13] y el oceánico de puntas blancas, que era el más común de los escualos que seguía a los barcos,[7] exhibía un comportamiento canino cuando sus intereses eran molestados: cuando era atraído por algo que parecía ser comida, sus movimientos eran más ávidos, pero se aproximaba cautamente aunque en forma terca, manteniendo una distancia mínima para su seguridad, pero listo a saltar si la oportunidad se le presentaba.
Normalmente compite por comida con los tiburones sedosos, cambiando su patrón de nado quieto por un comportamiento más agresivo.
[7] Los grupos se forman cuando individuos cercanos convergen en fuentes de comida, tras lo cual la fábula del "frenesí alimentario" puede ocurrir.
El tiburón oceánico es predador, oportunista, altamente competitivo y con grandes incentivos para explotar los recursos a su alcance, más que evitar problemas para obtener comida en el futuro.
[7] No parece haber segregación por sexo o por tamaño como en otras especies.
[7] El tiburón es vivíparo (los embriones se desarrollan in utero y son alimentados por la placenta).
[1] Sin embargo, la mayor parte de las veces es capturado por error, ya que muerde los cebos destinados a otras especies.
[3] El tiburón oceánico es altamente oportunista y agresivo, y se sabe que ataca al hombre solo por comida,[2] ya que los buzos nadan muchas veces junto a ellos sin el más mínimo temor.
Los buzos son advertidos de que deben acercarse al tiburón solo con extrema cautela, no arponear peces cerca de ellos, y si el tiburón se muestra demasiado inquisitivo, lo mejor es salir del agua lo antes posible.
Se ha sugerido que cuando un tiburón comienza a acosar a un buzo, hay que pegarle en las branquias, nariz u ojos; sin embargo no se ha probado la eficacia de esta técnica en oceánicos de puntas blancas.