Campaña de Cataluña (1713-1714)

Especial relevancia tuvo la ejecución del general Josep Moragues, que primero fue arrastrado por las calles por un caballo, luego degollado y cuarteado, y finalmente su cabeza fue colgada en una jaula en el Portal del Mar —una costumbre sólo aplicada hasta entonces a los bandoleros— para que sirviera de recordatorio de quién ostentaba ahora el poder en Cataluña tras la derrota austracista.

Derogadas las Constituciones catalanas Felipe V promulgó los Decretos de Nueva Planta que instauraron el absolutismo en Cataluña.

[39]​ La compleja operación financiera consistía en transformar la deuda pública británica en acciones privadas de la nueva compañía comercial.

[57]​ Ese mismo mes el gobierno británico cedía los contratos comerciales otorgados por Felipe V a la Compañía de los Mares del Sur.

[80]​ Para el historiador borbónico Vicente Bacallar «buscaban antes la muerte que restituirse al debido vasallaje –ellos le llamaban esclavitud–.

[93]​ Acto seguido Pópoli solicitó la obediencia de la ciudad a Felipe V, solicitud rechazada el mismo día.

[97]​ Paralelamente varios de los que habían abandonado Barcelona, tanto butifleros como antiguos austracistas, empezaron a concentrarse en Mataró.

[101]​ Aunque los radicales habían conseguido su principal objetivo —evitar que Cataluña se sometiera—, y ahora dominaban también en la Generalidad, la situación no dejaba de ser desesperada.

[112]​ Paralelamente, y tras cuatro meses de aislada resistencia, llegó a Barcelona la primera noticia favorable para los radicales.

[126]​ A los pocos días se desató un nuevo conflicto por la supremacía militar; ante la negativa del gobernador de Montjuich a obedecer las órdenes del conseller en Cap de Barcelona alegando que él, como militar, sólo debía obedecer al general comandante del ejército Villarroel, Rafael Casanova ordenó que el coronel Pablo Tohar, gobernador de la fortaleza, fuera arrestado y encarcelado, mandando así mismo órdenes a todos los portales de la ciudad que no debían ejecutar orden militar alguna que no hubiera sido expedida por él en persona.

[139]​ Misma suerte corrieron los hombres del Regimiento de Burgos, cuyos cuerpos acabaron sepultados en una gran fosa común en el Llusanés.

Así mismo le señaló las dificultades que para el comercio representaban los ataques piratas de los rebeldes catalanes y mallorquines advirtiéndole que si no acababan con su rebelión podrían aliarse con los «argelinos y otros moros» hostilizando con su piratería todo el comercio mediterráneo,[146]​ dado lo cual sería conveniente que la armada británica pasara al mediterráneo para reducir a Barcelona y Mallorca a la obediencia de Felipe V.

Y ya sin las tropas francesas al duque de Pópoli le resultaría del todo imposible mantener un mínimo bloqueo contra Barcelona, con lo que desde ese momento se consideraron libretados.

[201]​ Aún más, a la noche siguiente partió sigilosamente del puerto de Barcelona una balandra con mil ejemplares para esparcirlos por Cataluña.

[214]​ Las cartas imperiales habían aumentado la moral del pueblo creyendo que la guerra estaba ganada; con dicha propaganda los radicales consiguieron, por segunda vez, hacer fracasar una operación para hallar una salida negociada al conflicto.

Todo lo contrario, mientras duró la tregua se incrementaron los trabajos para reconstruir las defensas y solicitaron al vicario general José Rifós que formara una «Junta de Teólogos» para que refrendara moralmente su determinación de llevar a Barcelona hasta el último sacrificio si era necesario.

[214]​ Los prelados inquirieron a los curas de las parroquias para que, mediante los confesionarios, recabasen el sentir del pueblo llano.

Tal como lo vio Castellví, «causaba admiración ver la ciudad transformada en un desierto, las puertas de las casas abiertas, las paredes destruidas y desamparadas las habitaciones».

[218]​ O como relataba en su diario otro payés, Francisco Gelat de Santa Susana, entre saqueos, incendios y ahorcamientos por todas partes «parece el Juicio Final».

[235]​ Desde las murallas los barceloneses siguieron como desde los navíos ingleses dos chalupas pasaban al desembarcadero francés, no sucediendo nada más hasta el anochecer.

[229]​ Recibida la carta Verneda lo comunicó inmediatamente a la «Junta Superior», los miembros de la cual, tras larga discusión, rechazaron el plan ideado por Ramón Vilana Perlas alegando tanto la dificultad para otorgar poderes, como la nula confianza en las promesas británicas, resolviendo finalmente que todo quedara bajo secreto para evitar habladurías.

Cuando se desató el ataque la artillería acribilló a los franceses y tras sucesivos asaltos las tropas borbónicas acabaron retirándose ante la carnicería que estaban sufriendo.

[272]​ Al poco todos los campanarios repicaban enloquecidos y la ciudad entera se despertó movilizándose para la lucha final.

Señor, si ellos lo pidiesen, pero pedirlo la plaza no, morir primero que ejecutarlo»,[274]​ un extremo harto inimaginable pues una vez las trincheras atacantes habían coronado el foso y derrumbado las murallas de una ciudad asediada, correspondía a ésta —y no a las tropas atacantes— batir llamada implorando negociar un capitulación.

Rafael Casanova requirió explicaciones a los otros dos comunes —Generalidad y Brazo Militar—, quienes negaron también tener constancia de nada.

[280]​ Se inició la votación y habiendo ya votado cuatro en ese sentido el proceso quedó abruptamente interrumpido.

Entonces la «Junta de los 24» decidió paralizar la votación y enviar dos emisarios a los otros dos comunes para ver si mudarían su sentir.

Seguidamente Berwick pasó revista al ejército francés, puesto en armas ante su persona, y finalmente les ordenó que entraran en Barcelona.

En marzo el general Moragas, temiendo acabar también encarcelado, trató de huir a Mallorca pero, delatado, fue apresado.

En la quinta clase todas las personas que, aunque no formaban parte de las juntas, permanecieron en Barcelona para su defensa.

Rafael Casanova, conseller en Cap , coronel y gobernador. (Firma realizada el 10 de agosto de 1714). [ 118 ]
Égloga propagandística destinada al pueblo llano que en forma de pieza teatral dialogada argumentaba la justicia de la rebelión .
«Heroicas hazañas, «nuestros Antepasados», «sangre gloriosamente vertida», «heroica empresa», «sacrificar las vidas», «resolución de la defensa», «Gloria», «Protección Divina», «libertar al país de la tiranía», «Justicia de la Causa», «Leyes y Privilegios», «Renombre de nuestra Nación», «Lealtad y Honor», «Razón de la Libertad», «Fidelísimo Principado de Cataluña».
Propaganda de los consejeros de Barcelona. [ 135 ]
Tratado de asiento de negros firmado en Madrid el 26 de marzo de 1713. [ 143 ]
El Tratado de comercio entre España y Gran Bretaña amplió las prevendas comerciales a los británicos. [ 150 ]
Estructuración política de los Tres Comunes de Cataluña y las juntas de gobierno entre julio de 1713 y septiembre de 1714.
Representación del bombardeo sobre Barcelona durante 1714. Fragmento del gravado « Barcino Magna Parens » impreso en Viena por Joan Van Ghelen en 1718 a petición del Consejo de España.
Apertura de la Trinchera de Ataque frente la muralla de Levante de Barcelona iniciada durante la noche del 12 al 13 de julio de 1714.
El boletín « Noticias generales de Europa, publicadas en Barcelona, dia 22 de Inuio de 1714 » editado por Rafael Figueró y Jolís recogía las notícias llegadas de Londres sobre la ofensiva whig al respecto del « Caso de los Catalanes ».
El mariscal de Francia duque de Berwick abrió trinchera la noche del 12 al 13 de julio empleando a cientos de trabajadores forzados frente la muralla de Levante, desechando por completo la estrategia que durante un año había seguido el fracasado duque de Pópoli.
Propaganda de los consejeros exhortando a naturales y forasteros a luchar para «liberar a esta Ciudad y Principado» de lo que resultará acabar con «la violenta esclavitud que padece todo el continente de la Monarquía de España».
El mariscal de Francia duque de Berwick lanzó el primer asalto general contra Barcelona el 12 de agosto de 1714. Ordenó un segundo asalto general la noche del día siguiente, 13 de agosto, conquistando las tropas borbónicas el baluarte de Santa Clara, del que fueron expulsadas la mañana del 14 de agosto. A pesar de conseguir la victoria, las bajas entre las tropas catalanas fueron altísimas. En primer plano el baluarte de Santa Clara y la torre de San Juan, a la derecha, el baluarte del Portal Nou.
Propaganda religiosa de la «Junta de los 24»:
« Nuestra invicta Nación Catalana [..] Vamos à embestir de Francia, y de España el pujante Exercito [..] Catalanes, los que soys de casta [..] A librar la Tierra, a gloriar la Patria, SANTA EULALIA a ellos, a ellos SANTA EULALIA ! »
Propaganda de la «Junta de los 24»:
El romance Carta que escribe el Principado de Cataluña alababa la lucha de la milicia de la capital catalana, la Coronela de Barcelona , « que hoy se debe à tu Espada, el no verse triunfante la Nación Castellana. »
El asalto final sobre Barcelona el 11 de septiembre de 1714.
A la izquierda, detalle del baluarte de Santa Clara, con la torre de San Juan totalmente ruinosa, y contiguo, el avance de las tropas francesas del mariscal Guerchois y del brigadier Reves por la brecha central.
«Salvadores de la Patria».
Los próceres catalanes radicales como Manuel de Ferrer y Sitges , Rafael Casanova o el marqués de Barberá que llevaron a Cataluña a la catástrofe total de 1713-1714 con la «gloriosa Resolución» de continuar la guerra, no dudaron en atribuirse para sí mismos el título de « Padres de la Patria ». En esta carta los diputados de la Diputación del General instaban a continuar la guerra «no solo en defensa de la justa causa del rey nuestro señor (que Dios guarde) sino y también, para conseguir la amada Libertad». [ 293 ]
Saqueos y violaciones en Barcelona el 11 de septiembre de 1714.
A la izquierda al fondo, representación de la Pirámide del Borne mientras en primer plano los oficiales franceses custodian a fray Tomás Torrens y a otro dominico a la par que sus tropas se libran al saqueo y la violación.
« Relación y primeras noticias hasta el dia 12. de la Conquista de Barzelona y su Castillo de Monjui, publicadas en Madrid, Viernes 21. de Septiembre, de 1714 »
Relación de servicios del capitán Antonio de Alós y Rius (1693-1780)—hijo de un destacado butiflero —, que luchó en asalto final de Barcelona el 11 de septiembre.